Este es el conjunto a la carta de enalai que Kristina y Helena regalaron a su madre Adela con mucho cariño. Está hecho a medida para Adela, que es una mujer tierna, dedicada a su familia, con mucho sentido del humor, que gesticula mucho con las manos y que expresa sus emociones. Le hizo mucha ilusión recibir este regalo de sus hijas, que iba acompañado de un microcuento a la carta de Tu escritora personal.
Había una vez un hada de piel blanca y ojos
castaños, que gozaba de muy buen humor. Adela,
que así se llamaba el hada, no tenía varita mágica, ni
falta que le hacía. Ella movía las manos y aparecían
regalos en tropel: burbujas de la risa, caramelos
de ternura, lazos de cariño, zapatos de baile, gafas
violeta para mirar por dentro, bombones de tres
chocolates, frasquitos con aroma de vainilla y vino
blanco, y hasta pequeñas gemas de amatista, que
puestas bajo la almohada, proporcionan sueños
intuitivos y reconfortantes.
Pero había un par de cosas que al hada no le hacían
gracia: cocinar y quedarse sola en casa. Claro que
por eso no tenía que preocuparse, porque había
a su alrededor mucha gente que la quería, Y no
porque fuera un hada e hiciese conjuros mágicos. La
querían simplemente por ser como ella era. Y colorín
colorado…
Para nuestra hada madrina, y nuestra madre, con
todo el cariño de sus hijas, Cristina y Elena. Gracias
por ayudarnos a crecer, respetando nuestra libertad.
¿Qué os parece? ¿Os ha gustado?